Dentro de una sociedad las personas pueden tomar diferentes posturas en lo que respecta a la religión. Las experiencias personales así como la propia forma de pensar hacen que una persona opte por uno u otro camino en lo que respecta a las creencias. Existen por ello dos conceptos que pueden señalar dos posturas diferentes, ateo y agnóstico.
Ser agnóstico implica no tener una certeza total a cerca de la existencia de Dios. Si bien el agnóstico puede aceptar que para otros existan dioses, para él no existen tan conocimiento o algo que le permita confirmarlo. El agnóstico solo aceptar aquello que puede ver o que es totalmente seguro.