Querer y amar son dos sentimientos que experimenta el ser humano a lo largo de su vida de maneras diferentes. Aunque ambos términos se usan a veces de modo indistinto, en realidad implican diferentes emociones. Querer no es lo mismo que amar y la diferencia radica principalmente en la intensidad del sentimiento y el modo en que se expresa.
El término querer hace referencia a un sentimiento más amplio o general por el cual una persona estima a otra y desea que esté a su lado o cerca suyo. El hecho de que una persona quiera a otra no implica necesariamente una relación de pareja. Puede tratarse de una relación de parentesco, de amistad o de compañerismo.
Amar, en cambio, conlleva un sentimiento muy profundo y uno de los más complejos y fuertes que experimenta el ser humano. A diferencia del sentimiento de querer a algo o a alguien, amar a algo o a alguien suele ser algo que tarda más tiempo en desarrollarse e implica poder conocer realmente a la otra persona, entre otras cosas.
A su vez cuando se habla de querer, no siempre se hace referencia a lo que se siente hacia una persona. El término también es usado en relación a objetos, deseos, anhelos. Por ejemplo una persona puede querer lograr cierta meta u objetivo en su vida y en ese caso se trata de una cuestión personal y que puede no incluir a otro sujeto.
Querer es un sentimiento, en general, más superficial que el sentimiento de amar. Además, muchas veces, se trata de un sentimiento que existe durante un tiempo corto y es más propenso a desaparecer o debilitarse. Un ejemplo de ello es cuando una persona quiere a otra que considera su amigo. Si sucede algo que afecta la relación entre los amigos puede que con el tiempo el sentimiento desaparezca e incluso termine dando lugar en un sentimiento negativo como el rencor o el odio.
Querer puede no implicar que exista un real interés por los deseos o necesidades del otro. Mientras que amar suele resultar un sentimiento más solidario e interesado.
El sentimiento de amor hacia alguien suele perdurar más tiempo y ser más intenso. Así mismo suele implicar un lazo de unión más fuerte entre las personas además de un conocimiento mutuo y profundo entre los individuos que lo manifiestan.
Amar y querer denotan diferente grado de aceptación
Ambos sentimientos no implican que se vea a la persona que se quiere o se ama como alguien perfecto, sino que se le acepta con sus defectos y virtudes.
Sin embargo, muchas veces, cuando se quiere pero no se ama, los defectos influyen más en lo que una persona pueda sentir por la otra. En cambio al amar suele suceder que tanto lo malo como lo bueno de la otra persona se acepta por igual e incluso se asimila con el tiempo.
Es por ello que querer y amar son dos términos que, a pesar de usarse muchas veces de manera indistinta, representan diferentes sentimientos.