La confusión común entre los términos sueño y fantasía nace porque ambos representan cosas que deseamos. Sin embargo, se tratan de dos cosas diferentes que es importante conocer y aprender a distinguir. Lo que diferencia un sueño de una fantasía es la posibilidad de concretarlo.
De esta manera, los sueños representan un objetivo que deseamos cumplir y conllevan un plan que nos permita concretarlo. Las fantasías, por otra parte, son deseos que por lo general parecen imposibles de cumplir. A pesar de eso, muchas fantasías pueden parecer imposibles y en algún momento se cumplen por lo que está bien seguir fantaseando.
Tal como decíamos, aunque muchas fantasías pueden parecer imposibles, algunas cosas lo parecían antes y hoy son una realidad. Por lo que no deberíamos desencantarnos a la hora de fantasear con cosas que parecen imposibles. Por ejemplo, hoy en día pueden enviar naves al espacio, el hombre llegó a la luna y envían robots a Marte, cuando hasta hace el siglo anterior era una fantasía improbable.
Incluso algunos especialistas consideran que tener fantasías es un buen ejercicio para incentivar el pensamiento lateral. O como algunos dirían, pensar fuera de la caja para dar con nuevas ideas y respuestas a problemas que se nos presentan. A través de estos ejercicios podemos generar cambios en nuestras vidas e incluso un impacto más general.
La mayoría de los inventores y mentes brillantes consiguieron sus mayores logros cumpliendo fantasías que para otros eran absurdas. Sus inventos y proyectos lograron marcar la diferencia y traer un cambio radical a nivel mundial. Las tecnologías que hoy damos por hechas eran impensadas hace 100 años, así que en 100 años lo que hoy es una fantasía puede ser realidad.
Es importante fomentar los sueños y fantasías de las personas, no hay que descartarlas o considerarlas una pérdida de tiempo. Lo que sí se considera una pérdida de tiempo es dejar que estos sueños o fantasías se pierdan sin intentar hacerlos realidad. Las ideas que tenemos son porque probablemente nosotros mismos las podemos realizar a pesar de lo difícil y complejo que parezca.
Otras diferencias entre sueño y fantasía
Tanto los sueños como las fantasías se pueden clasificar como procesos psíquicos que son de suma importancia para los seres humanos. Aunque generalmente le llamamos sueño a las experiencias subconscientes que tenemos al dormir, también se le dice de esta forma a nuestros objetivos de vida. Por ejemplo: “El sueño de mi hija es ser cantante de ópera, por eso se la pasa practicando y entrenando su voz.”
Los sueños que tenemos al dormir han sido de gran interés para numerosos científicos y estudiosos de la psiquis. En primer lugar se podría decir que los sueños no son racionales ya que son producto de nuestro inconsciente y no podemos controlarlos. Algunos especialistas consideran incluso que se tratan de una forma de metáforas vinculadas con lo que vivimos a diario.
Aquí podríamos decir que las fantasías son una especie de sueño que tenemos estando despiertos. Son cosas que imaginamos y de las cuales podemos tener cierto control, es decir que pueden ser más o menos conscientes. Hay quienes consideran que las fantasías nos permiten enfrentar situaciones complicadas, aunque otros las vean como algo negativo.