La principal diferencia que existe entre la basura orgánica y la inorgánica se basa en la posibilidad de reciclaje. Los materiales de tipo orgánicos son aquellos desechos naturales que con el tiempo se descomponen y desaparecen. La basura inorgánica, en cambio, no viene de la naturaleza y generalmente daña al medio ambiente.
Los desperdicios de tipo orgánico, tal como lo dice la palabra, tienen un origen biológico. La basura orgánica incluye: cualquier tipo de alimento, heces, hojas, tallos, raíces entre otras partes de plantas e incluso seres vivos. Se les considera basura orgánica por el hecho de que se descomponen naturalmente hasta volverse parte del planeta.
La basura inorgánica, por otra parte, comprende desechos que no tienen procedencia biológica. En general, los desechos inorgánicos son productos sintéticos que no se descomponen con facilidad. Por esta cualidad artificial que los caracteriza y el hecho de que no se degraden, contaminan el medio ambiente.
La diferencia entre estos tipos de desechos reside en la probabilidad de reutilizarlos o recuperarlos. Como las personas no distinguen entre estos tipos de residuos, no separan unos de otros a la hora de botarlos. Si bien suelen lanzarse campañas de concientización y promoción del reciclaje, la mayoría de la gente sigue sin reciclarlos adecuadamente.
Para que estas campañas de reciclaje sean efectivas deben apelar a la concientización y colaboración ciudadana. Para lograr un reciclaje correcto, lo ideal sería que las personas entiendan y lo practiquen en sus hogares. El reciclaje pensado para cuidar el medio ambiente apunta a que se separen los residuos orgánicos de los inorgánicos.
La iniciativa por parte de los diferentes municipios es instalar contenedores diferenciados para cada tipo de basura. Pero la mayoría de la población ignora para qué es cada contenedor o simplemente no le interesa. Así que lo más probable es que tiren todos los residuos en el mismo contenedor.
La diferencia entre estos tipos de residuos se encuentra en su origen (biológico-artificial) y en si se descomponen naturalmente o no.
Cómo reciclar estos residuos
Los residuos de tipo orgánico pueden reciclarse y/o reutilizarse como una especie de combustible. Los métodos que se utilizan para reciclar estos residuos se conocen como compostaje y vermicompostaje. En la actualidad es cada vez más común que se reciclen los materiales orgánicos para producir biocombustibles.
A un nivel más reducido, los residuos orgánicos pueden reciclarse como una forma de abono para las plantas. Para este tipo de reciclaje se pueden utilizar restos de verduras o frutas. Este tipo de residuo tienden a descomponerse rápidamente por lo que es mejor si se los entierra.
En cuanto a los residuos inorgánicos pueden reutilizarse con otros propósitos, ya que no se descomponen con facilidad. Y de no poder reutilizarse, lo mejor sería juntarla y depositarla en contenedores apropiados para evitar que contaminen. Los mayores productores de basura inorgánica son las fábricas y grandes industrias.
Algunos ejemplos de residuos inorgánicos son: productos plásticos (como botellas, recipientes, juguetes), latas, neumáticos, bolsas de polietileno. Radiografías, pilas y baterías, vidrios y cristales, telas, aerosoles, entre otros.