Los intereses que el dinero genera pueden ser tanto simple como compuestos. El primero es una tasa de impuesto que se le adhiere al capital inicial y que nunca cambia. Este se calcula a partir del capital invertido al inicio. A diferencia, el compuesto va adquiriendo intereses a medida que pasa el tiempo, afectando futuros pagos.
Ambos términos aluden al ámbito financiero. El simple se relaciona con aquellos que producen capital en un lapso de tiempo, el cual no será acumulado al que produce intereses en el siguiente período. El compuesto es a partir de los intereses obtenidos al final del lapso de inversión cuando no se retiran y se reinvierten.
El interés compuesto se lo suele llamar valor futuro y es cuando, al final, los intereses resultantes se acumulan y se agregan al dinero inicial. A todo este proceso se lo llama capitalización. Como los intereses se acumulan, en la siguiente liquidación afecta a la base de cálculo del interés nuevo.
Comprender la diferencia entre interés simple y compuesto ayuda a las personas a saber como manejar su dinero en el futuro. El interés compuesto suele servirle más a compañías de trabajo grandes que a individuos solitarios. El interés simple es aquel que gana una empresa a raíz de una inversión que realizan. Puede ser financiera o de capital dependiendo de los intereses producidos.
El interés que se deberá pagar se relaciona con el precio del capital. Es decir que cuando una persona adquiera un préstamo, deberá abonar un cierto interés por ese capital. Si la persona lo deposita en un banco, es este quien deberá pagar el interés por ese capital. Este interés se calcula a partir del dinero inicial, que no varía.
Tanto en el interés compuesto como en el simple intervienen diferentes partes. Una de ellas es el capital, definido como el dinero inicial que se deposita o se invierte. La tasa es la cantidad de capital que se deberá pagar por el 100% del capital. El tiempo y el interés son dos cosas más que forman parte, siendo el primero la cantidad de un período en el que el dinero genera intereses, el cual es la cantidad de capital que se cobra o paga a la persona.
El interés compuesto resulta ser aquel tipo en el cual se adquiere por un crédito y que, al ser liquidado, se suma el dinero para que en la próxima liquidación el interés va a formar parte del capital inicial. De esta manera, todos los intereses obtenidos al finalizar la inversión se vuelven a invertir.
Otras diferencias entre el interés simple y el compuesto
El interés compuesto es el representante del costo del dinero y el beneficio que este generará en un futuro con una tasa de interés. El interés simple será la ganancia, calculada a raíz del porcentaje que posee el dinero inicial que se invierte. Esta ganancia que la persona genera va a ser retirada, por lo que no se vuelve a invertir como sucede en el interés compuesto.