En la vida de un individuo, la motivación es el motor que mueve a la persona para cumplir algún deseo. Mientras que la motivación intrínseca proviene desde el interior de la propia persona, la extrínseca viene del exterior. Tienen en común que ambas responden a la recompensa y se pueden aplicar tanto a una persona como a una industria o un trabajo.
A pesar de tener cosas en común, la motivación extrínseca es la opuesta a la intrínseca. Se espera una recompensa, normalmente monetaria. Es decir, que la persona no realiza las cosas por gusto sino que por obligación. Algunos de los motivos por los cuales nace la motivación extrínseca son la presión o el reconocimiento por parte de otro individuo e incluso una retribución económica.
La motivación intrínseca, por otro lado, es de forma voluntaria. El motivo por el cual surge es parecido al de la motivación extrínseca, pero la diferencia radica en que se hace por placer y por una recompensa interna. Tiene que ver más con un logro personal que con demostrarle algo al mundo. Esta motivación se relaciona con la propia autonomía y metas personales.
La motivación intrínseca es la que más suelen buscar las personas, ya que favorece a la vida tener logros personales solo por placer y no por obligación. Estos individuos suelen ser más comunicativos y propensos a hacer trabajos en equipo, manteniendo el interés por una misma actividad por un largo período de tiempo.
Las personas se motivan por factores internos como externos. Para determinar si es una motivación intrínseca o extrínseca se hace a partir de la personalidad del individuo o cuales son sus tareas por realizar. Ya sea aprobar un examen, cumplir el sueño de hacer un viaje o realizar un logro laboral, la persona requiere tener motivación.
Una recompensa de la motivación extrínseca pueden ser un elogio. En temprana edad, los niños esperan una recompensa por su comportamiento, buscan ese refuerzo positivo proveniente de sus padres para conformar la base de la motivación intrínseca. A lo largo de la vida, una motivación extrínseca se termina convirtiendo en intrínseca, ya que el individuo comienza a realizar tareas sin nada a cambio.
Algunos científicos afirman que las personas poseen tres menesteres básicos: sentirse necesitados, relacionarse con el otro y poseer autonomía. A raíz de la suma de estas tres surge una motivación intrínseca por lo que la persona realiza una actividad por el propio placer de hacerla.
Otras diferencias entre motivación intrínseca y extrínseca
La motivación intrínseca nace del interior propio individuo, mientras que la extrínseca suele depender de factores externos. Para esta última, la recompensa monetaria es fundamental y para la motivación intrínseca es más importante el placer interior, la alegría interna.
Según algunos estudios, ofrece una recompensa monetaria por una tarea bien realizada lleva a que la motivación intrínseca se convierta en extrínseca. A esta situación se la llama efecto de sobrejustificación. Por ejemplo, si se muestra interés en un artefacto, luego de utilizarlo varias veces ya se pierden las ganas.