Los términos oficio y profesión se utilizan muchas veces como si fueran sinónimos. Sin embargo, esto representa una confusión ya que se trata de cuestiones diferentes. Aunque ambas se relacionan con la actividad que hace una persona y sus capacidades, tienen en cuenta diferentes factores.
Una profesión es una disciplina que se aprende luego de haber recibido una educación formal. La persona que tiene una profesión recibe el nombre de profesional y consta, generalmente, con una titulación que le permite ejercer su profesión. Las profesiones pueden ser muy variadas y se llega a ellas por un interés sobre cierto tema.
El oficio, en cambio, es una habilidad que tiene una persona en cierto trabajo práctico o manual. A diferencia de la profesión, el oficio no requiere de una enseñanza formal. Se aprender generalmente por iniciativa propia o por recibir la enseñanza de parte de una persona que realiza la misma tarea.
El oficio se relaciona, principalmente, con habilidades y capacidades innatas de una persona. Muchos seres humanos desarrollan con el tiempo cierta capacidad para realizar de manera efectiva alguna tarea. Esto hace que se perfeccionen con el tiempo y se vuelvan capaces de hacer cosas que otros no.
La profesión, a diferencia del oficio, suele desempeñarse en ámbitos más formales. Por eso el profesional ha de tener una buena educación que le permita llevar a cabo cierto trabajo. Un profesional puede tener diferentes títulos: licenciado, doctor, máster, entre otros. Estos dependen del nivel de educación al que se accedió.
En tiempos pasados los seres humanos tenían solamente oficios. Se ocupaban de trabajos que les permitieran llevar una vida apacible y con todo lo necesario. Además los conocimientos solían transmitirse de padres a hijos, de esta manera el oficio de una familia se mantenía de generación en generación.
Algunas profesiones son maestro, médico, abogado, periodista, psicólogo, arquitecto, entre otras. Mientras que los oficios pueden ser albañil, pintor, relojero, carpintero, panadero. Se trata de diferentes maneras que el ser humano elije para ocuparse en algo y sustentarse.
Tener una profesión no implica que una persona no puede tener, al mismo tiempo, un oficio. Aunque lo habitual es que un sujeto se dedique a solo una cosa, puede suceder que tenga tanto un oficio como una profesión.
Diferencia de intereses
Lo que lleva a una persona a tener un oficio en lugar de una profesión puede depender de su nivel económico como así también de sus intereses. Por ejemplo un hombre que siempre ha trabajado en el campo reparando y construyendo espacios para los animales puede hacerlo porque no tiene posibilidad de acceder a una educación formal.
Sin embargo, los gustos y preferencias de cada persona también influyen en la elección de una profesión y oficio como ocupación. De esta forma alguien que disfruta pintando puede dedicarse al oficio de pintar casas solo porque le agrada. Mientras que un hombre que desea desde pequeño ser médico puede estudiar para alcanzar dicho título.