En la vida cotidiana suele ocurrir que tomemos algunos conceptos como sinónimos aunque no signifiquen lo mismo. Una confusión muy común es desconocer en qué se diferencian un prejuicio de un estereotipo. La confusión radica normalmente en que muchas veces los estereotipos sirven como fundamento o justificación para los prejuicios.
A pesar de esto es importante aprender la diferencia entre estos conceptos para evitar cualquier tipo de confusión. En primer lugar podemos mencionar que ambos comparten una gran cantidad de actitudes negativas. Es por ello que la gran mayoría de los procesos discriminatorios se basan en prejuicios o estereotipos, además de otras causas.
Aunque son conceptos diferentes, tanto los prejuicios como los estereotipos comparten cierta relación de ideas que pueden estar equivocadas. Así, los prejuicios se refieren a una evaluación negativa sobre una cosa o persona. Mientras que los estereotipos agrupan una serie de creencias acerca de las características que definen a una cosa en particular.
Según algunos estudios sociológicos, los prejuicios están relacionados con ciertas emociones que nos genera el objeto en cuestión. A su vez, los estereotipos se relacionan con nuestra parte cognitiva ya que nacen a partir del conocimiento general sobre la cosa estereotipada. En cambio, los prejuicios surgen una vez que la cosa o persona ha sido calificada de tal manera que nos permite poder sentir aceptación o rechazo hacía ello.
Como los prejuicios se basan en impresiones, emociones e ideas subjetivas suele ser difícil superarlas. Por ejemplo: “Mi madre piensa que los abogados son unos charlatanes así que no le gusta involucrarse con ellos de ninguna manera”. En este ejemplo podemos notar cierto prejuicio hacia los abogados que probablemente nace a partir de una idea estereotipada sobre estos profesionales.
Además, tal como hemos mencionado anteriormente, los prejuicios y estereotipos suelen encontrarse como principales causas de discriminación o desigualdad. Algunos estudios en materia de Psicología Social indican que los estereotipos se construyen como justificaciones para los prejuicios.
Otras diferencias entre prejuicios y estereotipos
La forma en que se construyen estas ideas conllevan un proceso que empieza con una simple etiqueta. Aquí es cuando se categoriza el objeto a estereotipar, señalando las características específicas del mismo. Luego surge el prejuicio como una actitud negativa, cierto rechazo que nos genera el objeto estereotipado. Y si esta situación sigue avanzando, los prejuicios pueden desencadenar actos de discriminación.
Los actos de discriminación más comunes se basan en la raza de las personas, basados en prejuicios sobre ciertas cualidades estereotipadas sobre la misma. Así, los estereotipos cumplen una función categorizadora, una forma de simplificar la realidad. Según los especialistas, estos sirven para disminuir nuestra labor mental asignando y enumerando características a grupos de cosas o personas.
A pesar de ello, es importante saber que los estereotipos no son generales ni representan la realidad de forma total y acertada. Por ello es necesario considerar que los estereotipos no siempre son correctos o que debemos guiarnos por ellos ciegamente. Los prejuicios, por su parte, representan una actitud negativa y afectiva sobre algo, pero son principalmente ideas e impresiones subjetivas al respecto.