Dentro de la industria del cine existen una variedad de creaciones. Estas se originan en base a las intenciones de diferentes directores y artistas que buscan generar cierta respuesta o impacto en el público. Dos de las creaciones más comunes en el cine son el remake y el reboot. Se trata de dos conceptos diferentes que pueden prestar a confusión.
Una remake es una película que se crea como nueva versión de una ya realizada. Se trata de una renovación de cierta historia, donde pueden cambiarse ciertos elementos pero casi todo se mantiene con el mismo estilo. Generalmente el remake se realiza en base a una película que ha tenido mucho éxito y por ella se busca revivirla, de cierta forma, con una versión nueva.
El reboot, a diferencia del remake, es una película que un director crea a modo de versión personal de otra película. Se trata de una creación que busca mostrar un punto de vista diferente sobre un film que ya se estrenó. La palabra reboot se traduce como reinicio. Es por eso que el reboot es una especie de nueva visión de algo ya existente.
El remake suele respetar los parámetros de la película original y modificar solo algunas partes. Aun así en algunos casos se puede realizar una adaptación más actual que busca conectar mejor con el público del momento. Para esto se utilizan ciertos recursos o efectos que brinden una mayor calidad al resultado final.
El remake se suele realizar en base a una película sola. El reboot, en cambio, puede hacerse en base a sagas o conjunto de películas. En el reboot el director añade impresiones propias y puede hacer cambios en el tiempo, la localización y la meta de la historia, entre otras cosas. De esta manera es posible que incluso el genero de una película se modifique y pase un romance a ser un drama.
La principal diferencia entre remake y reboot es, entonces, que el primero respeta casi siempre todas las pautas, tiempos y parámetros del film original. El reboot, en cambio, puede resultar en una producción totalmente diferente donde solo se toma como punto de partida la idea principal del director y se crea algo nuevo.
En ambos casos se crea una nueva película en base a otra que ya existe. Es por ello que tanto remake como reboot pueden considerarse contenidos no originales, aun así los cambios que se hacen son tan importantes que muchas veces resultan todavía más cautivantes para el público que las versiones originales.
Ejemplos de remake y reboot
Uno de los remakes más conocidos es el de la película Funny Games del 2007. En este caso se respetaron casi todos los parámetros originales, como la duración y el guión, de la original del año 1997. En este caso hubo diversas críticas aludiendo que ambas versiones eran iguales y la segunda no ofrecía nada nuevo.
Un ejemplo de reboot es el de la película Cazafantasmas. La película original es del año 1984 y fue creación de Dan Aykroyd, Harold Ramis y Rick Moranis.