Los conceptos abdicar y renunciar pueden generar ciertas confusiones debido a su significado. Aunque el término renunciar es más conocido y utilizado normalmente, abdicar tiene un significado parecido pero en contextos específicos. Sin embargo en casos como en la nobleza los conceptos de abdicar y renunciar significan diferentes cosas y la diferencia es menos clara.
¿Qué significa abdicar?
La acción de abdicar hace referencia a la negación de un monarca de aceptar sus funciones como rey. Cuando alguien abdica al trono, la corona pasa a la siguiente persona en la línea sucesoria de la familia real. La mayoría de las veces el siguiente es uno de los hijos del soberano que abdica o bien puede ser un hermano u otro familiar.
Cuando alguien de la realiza abdica al trono se trata de una decisión voluntaria que no puede revertirse. A pesar de ello, han ocurrido algunas excepciones a lo largo de la historia donde la abdicación no fue del todo una decisión propia del soberano. En la historia española el rey Carlos IV fue obligado a abdicar durante unas revueltas a favor de su hijo.
¿Y renunciar al trono?
Así como abdicar es la renuncia de un monarca a seguir cumpliendo sus funciones como rey, la renuncia al trono es la opción de herederos en la línea sucesoria. De esta manera, los futuros herederos pueden renunciar a sus futuras funciones como monarca sin estar en el trono aún.
Cuando alguien renuncia al trono se aparta de la línea sucesoria dejando su puesto al que lo sigue en la misma. Lo mismo que ocurre con la abdicación, la renuncia al trono es una decisión voluntaria del heredero que no puede revertirse. La consecuencia más notable de renunciar al trono cae también sobre sus descendientes.
Podemos concluir que la diferencia entre los términos abdicar y renunciar recae en quién es la persona que renuncia a sus funciones reales. La abdicación le corresponde a un monarca que se encuentra cumpliendo como rey o está a punto de ser coronado. Mientras que la renuncia le corresponde a otros miembros de la familia real que se encuentran en la línea sucesoria.
Otras diferencias entre abdicar y renunciar
Existen algunos ejemplos de abdicación al trono a lo largo de las diferentes historias monárquicas. Entre los casos más famosos se encuentra la abdicación del rey inglés Enrique VII en 1936. La renuncia de sus funciones monárquicas se debió a que quiso casarse con una mujer divorciada y pasó a gobernar su hermano.
En ciertos reinos es necesario que las Cortes Generales aprueben con una ley especial la decisión de abdicar de un rey. Algunos casos de abdicación o renuncia al trono son más bien decisiones a favor de otros herederos. Resulta muy común que un monarca abdique para que pueda asumir su hijo, por ejemplo.
El concepto de abdicar puede emplearse también con los Papas de la Iglesia católica con el mismo significado. Esto se debe a que esta institución religiosa es considerada en cierta forma como una monarquía eclesiástica. El caso más reciente de un Papa que decide abdicar es el de Benedicto XVI, el Papa que precedió al actual Papa Francisco.