Las palabras basílica y catedral se usan muchas veces de manera indistinta para llamar a cualquier iglesia. Lo cierto es que cada uno de estos términos debe su uso a la denominación que el vaticano da a cierta construcción religiosa. En este sentido puede suceder que una basílica también sea catedral o que una iglesia sea las dos cosas a la vez.
La basílica es una construcción de origen romano con forma de paralelogramo que se ubica, generalmente, en sitios de gran concurrencia. En su estructura posee un extremo con una entrada de pórtico y un ábside. En su interior hay un pasillo al que se unen otros de menor tamaño y con diversas columnas.
La catedral, a diferencia de la basílica, es una iglesia que cumple el rol de ser la principal dentro de una diócesis. Estas construcciones son el lugar donde la dirección está a cargo del obispo, que es, al mismo tiempo, el encargado de la parroquia de la iglesia. Para su funcionamiento cotidiano, la catedral cuenta con un rector que es designado por el obispo.
En la basílica, hay ciertas características en cuanto a estructura que la distinguen de la catedral. Una de ellas es que existe un techo principal de mayor tamaño que los restantes. Además suelen existir muchas columnas iluminadas que brindan mayor calidez y luminosidad al ambiente.
Tanto la basílica como la catedral son espacios donde las personas pueden ingresar cuando se realizan ceremonias religiosas. Además es posible el ingreso solo con motivo de admirar la arquitectura o para momento de rezo personal sin intervención de ninguna autoridad de la iglesia.
Las basílicas poseen, en general, una gran importancia a nivel histórico y se consideran edificios de gran valor. A nivel espiritual, muchas personas sienten predilección por estos espacios.
Una iglesia solo puede ser considerada basílica si el papa así lo indica. Así mismo tanto la catedral como la basílica son sedes de la religión cristiana. En ellas no se puede profesar una religión diferente.
Otras diferencias entre basílica y catedral
A simple vista es fácil destacar la presencia imponente de una basílicas. Estos edificios se caracterizan por tener gran tamaño y una presencia imponente. Sus colores y la calidad de sus construcciones es muy significativa. Por ello muchas basílicas en el mundo son símbolo importante de las localidades donde se encuentran e inclusos se convierten en puntos turísticos de relevancia.
La catedral también tiene gran importancia en muchos sitios pero no al nivel de la basílica. En ella además el obispo puede llevar a cabo los eventos religiosos puesto que se trata de su sede. Dentro de cada diósesis, la catedral es la iglesia más importante. Puede llegar a ser igual o más imponente que una basílica.
Las basílicas pueden a su vez dividirse en las de menor y mayor tamaño. De las mayores hay cuatro que se encuentran en Roma y el Vaticano.