Los conceptos religiosos de canonización y beatificación pueden sonar idénticos para aquellos que desconocen en qué se diferencian. Se trata de dos procesos que pueden generar confusiones debido a sus significados e implicanciones. En un principio podría decirse que la diferencia entre ambos procesos radica en que la canonización es más avanzada y compleja que la beatificación.
La principal diferencia entre estos conceptos radica en el objetivo del proceso en cuestión. Esto quiere decir que, la canonización sirve para proclamar a alguien como santo mientras que la beatificación lo proclama como beato. Además es importante mencionar que para que alguien pueda ser canonizado antes debe haber sido beatificado.
¿En qué consiste la canonización?
Tal como mencionamos arriba, el proceso de canonización tiene como finalidad proclamar como santo a alguien. Este proceso sirve también para incluirlo en el canon, la lista oficial de santos de la religión católica. Las personas que son canonizadas cuentan con una confirmación de beatificación previa que les otorga cierto privilegio divino.
Entre los requerimientos para canonizar a una persona se encuentra el número de milagros que se le atribuyen. Así, para el proceso de canonización el futuro santo debe contar con dos milagros, uno que lo calificó de beato y otro que realizará después de la beatificación. El segundo milagro sirve para confirmar la aprobación divina y que esa persona pueda ser proclamada como santo.
¿Y en cuanto a la beatificación?
La finalidad de la beatificación radica en reconocer el acceso al cielo de la persona en cuestión y que se encuentra en posición de responder a aquellos que le rezan. Cuando la Iglesia nombra beato a alguna persona está reconociendo su potencialidad de santo y la vida virtuosa que llevó.
Para ser considerado beato es necesario que dicha persona haya realizado al menos un milagro. Sin embargo, algunos beatos adquieren esta categoría en caso de haber muerto como mártires. El proceso de beatificación es básicamente administrativo y el papa hace posible que al candidato se lo venere en sitios relacionados con su vida.
Otras diferencias entre canonización y beatificación
A diferencia del proceso administrativo de la beatificación, la canonización consiste en un proceso más formal. Para ello, el papa debe establecer oficialmente que el candidato es un santo ocupando un lugar en el cielo. Cuando se nombra oficialmente un nuevo santo, la Iglesia permite su culto de manera generalizada.
En el caso de los beatos, el culto no es generalizado sino que se hace de forma descentralizada y en menor escala. Al ser nombrado santo pueden empezar a nombrar iglesias en su nombre sin requisitos o permisos especiales. Los santos se pueden venerar en todo el mundo a diferencia de los beatos que se limitan a los sitios que transitaron.
Otra diferencia entre estos procesos se encuentra en quién es la persona que solicita el nombramiento. En el caso de la beatificación el que pide el reconocimiento es el obispo a cargo de la diócesis donde el candidato ha muerto. Para la canonización existe una Congregación central destinada a los Santos donde un prefecto solicita el nombramiento.