Hay diferentes tipos de emociones que afectan a las personas y algunas de ellas resultan negativas. Los celos y la envidia son dos de esas emociones que en caso de intensificarse o persistir por demasiado tiempo pueden dañar tanto al que lo siente como al que es objeto de la emoción. Se trata de dos emociones que pueden experimentarse juntas, a pesar de ser muy diferentes.
La envidia es el anhelo o deseo de tener algo que otra persona posee. Cuando una persona siente envidia de otra en cierto modo le molesta no tener aquello que la otra tiene y ello le despierta molestia. Si bien muchas veces se habla de envidia sana, mayormente la envidia resulta algo malo para la persona. No le permite apreciar lo que posee y le hace fijarse siempre en las posesiones de los demás.
Los celos son el temor a que la relación con otra persona se vea afectada por un tercero. Es el miedo al reemplazo, a perder a una persona. Los celos se basan en un sentimiento de falsa posesión por el cual se toma a la otra persona como una pertenencia o se apega demasiado a ella.
Ambas emociones son muy comunes en el ser humano y cualquier persona las experimenta a lo largo de su vida. Tanto los celos como la envidia son, muchas veces, una manifestación de la inseguridad de una persona y su inestabilidad emocional.
Muchas veces la envidia va acompañada de el deseo de que la otra persona pierda aquello que tiene o que falle en cierto proyecto, por ejemplo. A la persona celosa, en cambio, le molesta que su pareja pase demasiado tiempo con sus amigos o que tenga relaciones estrechas con otras personas que no sea ella.
A la envidia la suelen acompañar sentimientos como el enojo y la amargura. Mientras que a los celos lo acompañan el temor, la inseguridad y la tristeza.
Tanto los celos como la envidia tienen una base en la inseguridad y la baja autoestima, pero se diferencian claramente en el motivo de su existencia. Los celos nacen de un miedo que se tiene, mientras que la envidia nace de un deseo de lo ajeno.
Los celos y la envidia en la vida cotidiana
Un ejemplo de celos es el caso de una persona que se molesta porque su amigo tiene otro amigo más. En ese caso el temor a que el nuevo amigo acapare más su atención y su tiempo genera celos en la persona. En el caso de la envidia, un ejemplo muy común es la envidia que se manifiesta entre las mujeres. Una chica puede sentir envidia de otra porque ésta tiene nueva ropa y le hace lucir bien.
Amabas emociones aunque son diferentes pueden sentirse al mismo tiempo y en cualquier momento de la vida. A su vez la envidia es más común que se sienta hacia personas no tan próximas, mientras que los celos son habituales dentro de la misma familia o en la misma pareja.
