Existen diferentes tipos de restricciones alimenticias a las que una persona se puede someter. Las mismas pueden ser por decisión propia o por cuestiones de salud. Entre los diferentes tipos de dietas que existen se encuentran la dieta vegana y la dieta vegetariana. Ambas tienen elementos en común, pero presentan a su vez una marcada diferencia.
Una dieta vegetariana es aquella en la que se consumen principalmente verduras y no se consume ningún tipo de carne. El vegetariano no se alimenta de carnes rojas, ni de pescado o pollo. Generalmente este tipo de dieta se comienza por ejemplo cuando se quiere bajar de peso.
Una dieta vegana es una en la cual además de consumir vegetales y suprimir las carnes, como en la dieta vegetariana; se suprimen todos aquellos alimentos que tengan origen animal. Esta dieta resulta más restrictiva y en ocasiones más compleja, que la dieta vegetariana.
La principal diferencia entre el vegetarianismo y el veganismo radica, entonces, en que la segunda excluye todo alimento que pueda provenir de un animal o para cuya elaboración se haya utilizado algo relacionado a los animales. Por ello una persona vegana no va a consumir, a diferencia del vegetariano, lácteos, huevos ni miel, por ejemplo.
Si bien existen diferentes tipos de dietas vegetarianas, muchas de ellas si incluyen los lácteos. Aun así, tanto el concepto vegetariano como vegano, tienen en común el consumo de frutas por ejemplo y el dejar totalmente de lado las carnes rojas, el pollo y el pescado.
Llevar adelante dietas de este tipo puede estar relacionado a una obligación médica para el cuidado de la salud, por ejemplo para reducir el colesterol. Sin embargo lo que lleva a muchas personas a seguir alimentaciones de este tipo muchas veces tiene en cuenta otro elemento además de la salud.
Tanto el veganismo como el vegetarianismo son concebidos por muchas personas como un estilo de vida y algo que va más allá de la alimentación.
La idea que suelen defender las personas que adoptan este tipo de alimentaciones está relacionada con la defensa de los animales y la protección de sus derechos. Al tratarse de ser que no pueden defenderse por sí solos, las personas conciben el no consumir carne como una manera de demostrar su oposición al maltrato o la matanza animal.
Diferentes complejidades
Si bien ambas dietas tienen elementos en común y una marcada diferencia, también es real que la complejidad de cada una es diferente.
El veganismo supone una alimentación más estricta, compleja y limitada que el vegetarianismo. El hecho de suprimir todo alimento que provenga de animales hace que el vegano deba buscar complementos en muchos otros alimentos. Por ejemplo cereales, semillas, frijoles.
Además el veganismo puede implicar un pensamiento más complejo en cuanto a lo que se restringe, ya que no solo se trata de los alimentos. Muchas veces implica también el consumo de cierta vestimenta o productos para el cuerpo, que no involucren a los animales en su elaboración.