Algunos conceptos propios de la naturaleza suelen confundirse por sus características parecidas. Un claro ejemplo de esto es la confusión que puede existir entre lo que es el equinoccio y lo que es el solsticio. Se trata de fenómenos naturales que ocurren en los cambios de estaciones.
Por un lado tenemos los equinoccios que tienen lugar dos veces al año: uno ocurre durante el 20 y 21 de marzo y el otro el 22 y 23 de septiembre. El equinoccio marca la llegada del otoño y la primavera, pero el fenómeno se caracteriza porque el Sol coincide con el ecuador celeste de la Tierra.
Y por el otro lado se encuentran los solsticios, que también suceden dos veces al año: el solsticio de verano y el solsticio de invierno. Los solsticios ocurren el 20/21 de junio y el 21/22 de diciembre todos los años. El solsticio se caracteriza por ser el momento del año donde el Sol adquiere la altura mayor o menor en el cielo.
Cuando ocurren los equinoccios el día y la noche tienen la misma duración en todo el mundo. Aunque se dice que la duración es más bien aproximadamente igual. Esto se debe al tamaño del sol y a la refracción de la atmósfera, por ello la duración del día difiere en algunas latitudes.
Con el solsticio, por otro lado, ocurre que la noche o el día tienen una duración máxima según cada hemisferio. Como el Sol se encuentra en la su altura máxima o mínima con respecto al ecuador de la Tierra, se produce este efecto. El solsticio de verano alcanza la cúspide en el hemisferio norte al mediodía sobre el trópico de Cáncer. Mientras que en el solsticio de invierno la cúspide se alcanza al mediodía sobre el trópico de Capricornio.
La principal diferencia entre equinoccio y solsticio se encuentra en el momento del año en que ocurren cada uno de ellos. Son momentos en el que el Sol y la Tierra coinciden en determinadas posiciones y marcan el cambio de las estaciones. El equinoccio ocurre con el comienzo del otoño y la primavera, mientras que el solsticio con el verano y el invierno.
Características del equinoccio y solsticio
Ya mencionamos que estos fenómenos o momentos son mejor conocidos por marcar el cambio de estaciones. Pero cada uno de ellos tienen diferentes particularidades según cada hemisferio y el momento del año del que se trate.
El equinoccio de marzo marca el comienzo de la primavera en el hemisferio norte y del otoño en el hemisferio sur. En el Polo Norte empieza un día que durará 6 meses y en el Polo Sur una noche de 6 meses. Durante el equinoccio de septiembre ocurre lo mismo pero al revés.
Los solsticios, por otro lado, tienen que ver con la posición del Sol desde la perspectiva de la Tierra. Los solsticios existen debido a la inclinación del eje terrestre. Así, en el solsticio de verano la altitud del Sol al mediodía alcanza el punto máximo, y el punto mínimo durante el solsticio de invierno.