Cuando hablamos de mobiliario y decoración, existen algunos muebles que pertenecen a la misma familia, por decirlo de alguna manera, y pueden llegar a confundirse. Esto ocurre sobre todo en el caso de ciertos tipos de asientos, por ejemplo sucede con el sillón y el sofá. Ambos tienen características similares que dan pie al uso indistinto de estos conceptos.
Tanto los sillones como los sofás nacieron originalmente como piezas de lujo para el goce de la elite. Con el tiempo, y gracias a la industrialización, estos muebles se popularizaron y se generalizó el acceso a los mismos. De esta manera, sillones y sofás representan muebles de descanso, son sinónimos de confort y hasta un punto de reunión con otras personas.