Nuestro lenguaje es tan rico que cuenta con una gran variedad de palabras que en ocasiones se utilizan erróneamente como sinónimos. Un ejemplo de esto se encuentra en el caso de hábito y adicción. El error puede ocurrir porque algunas personas consideran que una adicción es un hábito malo o perjudicial.
En primer lugar se le dice hábito a una conducta adquirida que se repite con frecuencia, es más frecuente que otras. Se trata de un comportamiento que adoptamos de manera involuntaria, debido a la constancia con que lo efectuamos. En este sentido, la persona puede no darse cuenta de estar generando un hábito al repetir esa conducta todo el tiempo.
Por otra parte, la adicción se trata de una especie de necesidad compulsiva de hacer o consumir alguna cosa. La adicción se caracteriza porque la persona crea una dependencia con el objeto de su adicción. A la vez, esa dependencia lo mueve a satisfacerla de lo contrario puede generar una desagradable sensación de abstinencia.
La confusión entre estos conceptos radica en que ambas son conductas que tienden a repetirse con frecuencia. Sin embargo, la adicción parte como un hábito muy instalado que comienza a generar esa dependencia. Los hábitos se caracterizan porque pueden ser tanto positivos como negativos, aunque se diferencian de las adicciones en que no suelen ser perjudiciales o destructivos.
Una persona que desarrolla cierta adicción suele demostrar ciertos síntomas cuando no puede satisfacerla. Por ejemplo, una persona que es adicta a las drogas está acostumbrado a consumirlas con cierta frecuencia. Ese consumo frecuente genera una dependencia tanto fisiológica como mental que al no ser satisfecha produce consecuencias negativas.
Lo significativo de las adicciones es que afectan las actitudes y conductas de quien las sufre. Una persona adicta comienza a desarrollar cierto carácter compulsivo que puede ir empeorando con el tiempo. Esto afecta la personalidad del adicto e incluso la forma en que se relaciona con los demás.
Otras diferencias entre hábito y adicción
Antes mencionamos que un hábito es una conducta que repetimos constantemente incluso de forma involuntaria. Esto quiere decir que si hacemos cierta cosa todo el tiempo puede convertirse en un hábito, incluso aunque no nos demos cuenta de ello. Esto se explica como una respuesta automática del cerebro ante la repetición de dicha actividad.
En el caso de una adicción, se genera una necesidad compulsiva por alguna sustancia o conducta. Cuando no esa necesidad no se satisface produce síntomas fisiológicos de abstinencia y hasta actitudes violentas. En eso se diferencian estos conceptos también, los hábitos no modifican de forma significativa la conducta de alguien. Pero las adicciones tienden a ser más intensas y los que las padecen suelen perder el control de sus actos.
Así como los hábitos se instalan de forma involuntaria sin que el individuo se percate de ello, las adicciones pueden ser iguales o totalmente voluntarias. Algunos adictos son conscientes de la dependencia que tienen por su adicción, otros pueden negar ser adictos a algo. Las adicciones empujan a quienes las sufren a no medir las consecuencias de sus actos a la hora de satisfacer su adicción.