El término religioso y el de creyente se relacionan con la religión de una persona, pero sus significados son diferentes. Por un lado, la persona que es religiosa concurre a la Iglesia o al Templo propio de su religión, mientras que un creyente solo se relaciona con la existencia de un Dios superior a todos los seres humanos.
La persona creyente es aquella que admite la existencia de alguien superior, pero no solo se relaciona con la religión. Se puede ser creyente de cualquier tipo de aspecto en la vida de una persona. Por ejemplo, hay personas creyentes en la vida de otros seres aparte de los humanos y en otros planetas.
Toda persona que sea religiosa se dice que es creyente, ya que admite la existencia de un ser divino y superior, pero no sucede a la inversa. El hecho de ser creyente no quiere decir que se conforme con una religión o se participe en alguna. Aquella persona que es religiosa cree en el Dios propio de esa religión, a pesar de que ciertos individuos concurren a la Iglesia por otros motivos.
El individuo religioso y creyente se junta con otras personas de iguales características. Forman parte de una Iglesia o Templo, perteneciendo a una religión particular. Algunas religiones tienen rituales específicos, como ir a la Iglesia los domingos o ciertas fiestas en fechas particulares. A veces, el religioso puede llegar a ser una fanático de la religión.
Es la gente más joven que cree en algún Dios, pero que no se sienten identificados con ninguna religión. No concuerdan con algunos aspectos que manejan los religiosos, así como tampoco que existan tantas Iglesias que sean diferentes, pero que piensen lo mismo.
Muchos religiosos no aceptan las religiones de otras personas y quieren sumar adeptos a sus Iglesias. Es por este motivo que son varios los creyentes que no quieren pertenecer a ninguna religión, ya que no comparten las mismas creencias o mismos valores, y no se sienten identificados.
Por otro lado, es necesario asistir a la Iglesia, ya que de esta manera las personas se sienten más cercanos a Dios. Esto no quiere decir que el que es creyente pero no religioso sienta menos presente a este ser divino y superior. Es en la Biblia donde se postula que es importante la asistencia a la Iglesia para rendir culto al ser en el que creen.
La creencia en el cuerpo humano
Cuando una persona es creyente, la ayuda a sentirse de alguna manera acompañado. La mayoría de las personas buscan refugio en la religión para alivianar sus problemas. A partir de una investigación en la Universidad de Toronto, se concluyó que el cerebro de una persona creyente es diferente al de una no creyente.
Existe una amígdala en el cerebro que se activa cuando las personas cometen errores. Cuando sucede en las personas creyentes se activa menos que cuando ocurre en los no creyentes. Esto se debe a que las personas creyentes depositan su confianza en Dios, sabiendo que Él solucionará todo.