El divorcio y la separación son términos asociados al concepto de matrimonio y definen distintas maneras en que éste puede ser llevado a su fin. En la sociedad actual es muy común que las personas no se unan de manera legal, con el fin de evitar inconvenientes si desean distanciarse. Sin embargo, para quienes contraen matrimonio legalmente, existen distintos tipos de acuerdos para darlo por finalizado.
La separación es el proceso por el cual dos personas que han contraído matrimonio se separan, pero no de manera definitiva. Para estar dos personas separadas, deben reconocer de manera legal que su convivencia se suspende.
El divorcio es el proceso en el cual dos personas que han contraído matrimonio disuelven totalmente la unión legal entre ellos. Con el divorcio el matrimonio se termina y los cónyuges quedan, en término legales, como si nunca se hubieran casado.
Mediante la separación se corta la convivencia entre dos personas, por ello lo común es que vivan en sitios diferentes. En éste caso no existe un fin legal de la unión, dado que las personas pueden volver a convivir. El divorcio, en cambio, dictamina la separación de manera definitiva.
Cuando dos personas se separan no pueden contraer matrimonio con otros ya que, legalmente, siguen unidos. En cambio mediante el divorcio, es posible volver a contraer matrimonio con otras personas ya que las personas son legalmente libres de hacerlo.
El divorcio lleva aparejado diversas cuestiones legales que la separación no. Algunas de ellas se relacionan con la tenencia de los hijos y la división de los bienes materiales.
En ambos casos los cónyuges pueden volver a unirse entre sí. En el caso de la separación, al ser posiblemente algo provisorio o temporal, si la pareja retoma la convivencia, la separación finaliza. En el caso del divorcio, aunque es algo poco habitual, si la pareja desea volver a contraer matrimonio uno con otro puede hacerlo. De esta manera vuelve a ser cónyuges como en un principio.
La separación y el divorcio tienen diferentes complejidades
El divorcio resulta en ocasiones un proceso mucho más complejo que la separación. Debido a que éste puede no ser deseado o solicitado por ambos cónyuges en ocasiones se presenta el conflicto por la diferencia de intereses. Es habitual que por la falta de voluntad de uno de los implicados o por su negativa a firmar el divorcio, el proceso se extiende mucho más de lo esperado.
La separación suele resultar, generalmente, de un acuerdo mutuo. Por cierto motivo las personas ya no desean convivir y dicen dejar de hacerlo. Sin embargo, puede ser la complejidad de un divorcio o la posibilidad de volver a convivir, lo que determina no llegar a una disolución definitiva sino a un distanciamiento temporal.
En la actualidad muchas personas deciden simplemente convivir sin términos legales de por medio, con el fin de evitar complicaciones a futuro. En un tiempo pasado el matrimonio legal era lo más habitual, al día de hoy no se ve como lo más factible o adecuado.
