La salud mental del ser humano es un tema complejo y en ciertos casos se pueden llegar a confundir algunos trastornos. Un claro ejemplo de esto sucede con la depresión unipolar o depresión normal y el trastorno bipolar. La depresión es una enfermedad bastante común que afecta a las personas durante toda su vida, el trastorno bipolar es una enfermedad más rara y poco frecuente.
Depresión unipolar
Entre los trastornos mentales que padecen las personas, la depresión es una de las más comunes y frecuentes. Según las estadísticas, una de cada cinco personas puede verse afectada por la depresión a lo largo de su vida. Se trata además de una enfermedad crónica y recurrente que requiere llevar un tratamiento prolongado.
Trastorno bipolar
Otra de las razones por las que se tienden a confundir estos trastornos es debido a que el trastorno bipolar parte de la depresión, pero incluye episodios de manía o hipomanía. Es importante que el profesional considere todas las posibilidades antes de diagnosticar cuál de estos trastornos afecta al paciente. Ya que tratar a alguien con trastorno bipolar como si tuviera depresión no tendría efecto e incluso podría ser contraproducente.
El trastorno bipolar es una enfermedad mental menos frecuente que la depresión unipolar y puede alcanzar hasta el 5% de la población mundial. En caso de presentarse este trastorno resulta importante que el paciente se someta a un tratamiento prolongado. Las personas con trastorno bipolar presentan estados de ánimo exaltados un tanto extremos: euforia, enfado, insomnio, irritabilidad, hiperactividad, falta de sensatez, entre otros.
Estos episodios de manía o hipomanía que presentan las personas con trastorno bipolar son indeseables e involuntarios. Por lo general le causan sufrimiento tanto al paciente como a sus allegados y por ello es importante diagnosticar y tratar a tiempo. Para diagnosticar estas enfermedades el profesional debe evaluar posibles antecedentes familiares.
A la hora de diagnosticar a alguien con un episodio depresivo, el profesional debe contemplar si hay posibilidades de derivar en trastorno bipolar. Para delimitar esto hay que considerar si el paciente ha presentado algún episodio de manía o hipomanía. Aunque anteriormente no se lo diagnosticara es muy probable que esto termine siendo un trastorno bipolar.
Otras diferencias entre depresión unipolar y bipolar
Antes mencionamos que ante el primer episodio depresivo los profesionales deben considerar la posibilidad de que derive en bipolaridad. Cuando este no es el caso, es decir, no presenta episodios maníacos solo un episodio afectivo el diagnóstico puede complicarse. Esto se debe a que en dichos casos el diagnóstico final puede ser un trastorno bipolar o bien un trastorno depresivo mayor.
Entre las características que contemplan los profesionales para diagnosticar si un episodio depresivo puede ser trastorno bipolar se cuentan: Un inicio precoz de episodios depresivos, antes de los 25 años, un gran número de episodios depresivos, antecedentes familiares. También se incluyen síntomas depresivos tempranos, luego de dar a luz, episodios graves o contraindicaciones ante los antidepresivos.
El uso de antidepresivos en algunos pacientes puede inducir a episodios de hipomanía, también se incluyen algunos síntomas psicóticos. Por otra parte, cuando aparecen síntomas que son atípicos a la depresión como mayor apetito, cansancio y una mayor cantidad de horas de sueño. La presencia de estados de ánimo exaltados como la agresividad, la impulsividad, hostilidad e irritabilidad.