Entre los sabores característicos que podemos percibir a través del gusto existen algunos que pueden sonar un tanto similares. Dichos sabores son lo que conocemos como agrio y como amargo, aunque en un primer momento se parezcan, son diferentes. Es importante señalar que cada sabor tiene características propias y distintivas que los hacen únicos.
El sabor agrio
Este sabor se caracteriza por su acidez pero resulta relativamente agradable a nuestro gusto. Los sabores agrios más comunes son los que podemos encontrar en la mayoría de los cítricos o bien algunos tipos de yogurt. La palabra agrio deriva del término Ἅγριος del griego y Acrus del latín que significan salvaje, agudo y/o punzante.
Los sabores agrios pueden considerarse un tanto fuertes o agresivos para nuestras papilas gustativas. Por lo general, es el tipo de sabor que asociamos con los cítricos como el limón e incluso los vinagres. Cabe señalar que los sabores agrios no siempre son recomendables para nuestra salud ya que también es el sabor característico de un alimento en mal estado e incluso algo venenoso.
El sabor amargo
En el caso del sabor amargo, puede considerarse como un sabor un tanto desagradable y muchas veces nos causa rechazo. Esto tiene que ver con uno de los mecanismos de defensa típicos de nuestro organismo que identifica a este sabor como algo tóxico. Entre los sabores amargos más comunes se encuentran el cacao, el café y la cerveza.
A pesar de ser uno de los principales sabores, el sabor amargo es el más complicado y desagradable en general. Supuestamente esto se debe a que a lo largo de la historia ha sido rechazado por distintas culturas y porque se lo asocia a los venenos. Por esta razón, nuestro organismo tiende a reaccionar de forma defensiva ante cualquier sabor amargo.
Teniendo en cuenta la explicación sobre cada uno de estos sabores podemos resumir algunas de sus principales diferencias. Aunque ambos son los sabores menos agradables que existen, el agrio suele ser más aceptado que el amargo. El sabor agrio se caracteriza por su acidez mientras que el sabor amargo es lo opuesto a lo dulce y resulta desagradable la mayoría de las veces.
Otras diferencias
La capacidad para distinguir los diferentes sabores radica en nuestras papilas gustativas. Estas cuentan con una suerte de sensores, conocidos como TAS2R, que permiten identificar las características distintivas de cada sabor. Si analizamos estos sabores desde un enfoque químico podemos señalar que el sabor agrio cuenta con un pH menor a 7.
Tal como hemos mencionado, los sabores agrios o ácidos se asocian generalmente con las frutas cítricas como el limón, la naranja o el pomelo. Pero también podemos encontrarla en frutas como las ciruelas, el kiwi o las manzanas, los lácteos fermentados o el vinagre. En cuanto a los sabores amargos, algunos ejemplos comunes se encuentran en distintos medicamentos, el café, los chocolates puros, el agua tónica o la cerveza.
A estos sabores amargos, los detectan los sensores conocidos como T2R de nuestras papilas gustativas. El sabor amargo suele utilizarse en la preparación de ciertas bebidas y cócteles o bien para hacer que los sabores dulces se distingan más.