Cuando hablamos de actividad física o ejercicios aeróbicos, los más comunes son caminar, correr y trotar. Sin embargo, algunos pueden desconocer en qué se diferencian los últimos dos por ciertas similitudes que comparten. Aún así, existen ciertas características distintivas que sirven para identificar en qué consiste cada uno de estos ejercicios.
Entre las principales diferencias que podemos mencionar sobre correr y trotar se encuentran el movimiento y el ritmo de cada ejercicio. Además, debemos tener en cuenta que la mentalidad o el objetivo de cada ejercicio es diferente. Incluso hay especialistas que señalan los beneficios para la salud que tienen estos ejercicios y cuál de ellos es mejor.
Correr
Desde un primer momento vale señalar que el ejercicio de correr conlleva una mayor velocidad y rapidez que los demás ejercicios aeróbicos. En este sentido también existe una diferencia con respecto a la intensidad que requiere correr a diferencia del trote o la caminata. Por ello le exige un mayor esfuerzo al corazón, los músculos y los pulmones que los demás ejercicios.
Teniendo en cuenta estos aspectos es importante remarcar que correr requiere un nivel de condición física mayor que el trote o la caminata. Pero también tiene que ver con una diferencia con respecto a los objetivos que tiene la persona en cuestión. Los corredores suelen tener una mentalidad atlética, competitiva y persiguen ciertas metas.
Trotar
Así como la acción de correr conlleva una intensidad y velocidad mayor, trotar es un ejercicio menos intenso. La velocidad que llevan los trotadores también es menor y les permite respirar con mayor facilidad. El trote no resulta un ejercicio tan exigente y se practica de manera más informal y desestructurada.
Las personas que eligen el trote como forma de ejercitarse lo hacen de manera relajada y a un ritmo tranquilo. Incluso suelen practicarlo con otras personas con quienes pueden charlar mientras se ejercitan. El movimiento de trotar resulta más ligero y realizan pasos más cortos que no exigen tanto esfuerzo a los músculos como correr.
Otras diferencias
Los corredores deben realizar pasos largos y mantener un ritmo y velocidad de acuerdo a sus objetivos. Esto se debe a que, por lo general, las personas que corren se plantean ciertas metas, tratan de alcanzar una velocidad y una distancia mayor. También deben prestar especial atención a la respiración para acompañar el ejercicio y alcanzar su meta.
Según los expertos, trotar resulta más beneficioso para nuestra salud que correr debido a las diferentes exigencias e intensidades que manejan. Los estudios realizados al respecto señalaron que trotar puede alargar nuestra vida. En este sentido señalan que es recomendable correr con una intensidad moderada en vez de correr hasta el agotamiento.
Cuando corremos le estamos exigiendo un trabajo intenso a nuestro organismo para mantener un ritmo rápido y enérgico. Aunque el ejercicio aeróbico es beneficioso y recomendable para mantener una buena salud lo ideal es practicarlo de forma equilibrada. Exigirle al cuerpo un trabajo extenuante a la larga puede ser perjudicial, por lo que encontrar un punto medio como sucede con el trote, es lo mejor.