El lenguaje es una de las herramientas más ricas y complejas con las que cuenta el ser humano. Entre los múltiples usos que podemos hacer del lenguaje, el central tiene que ver con permitirnos comunicarnos entre nosotros. Esto quiere decir que es a través del lenguaje que podemos expresar lo que pensamos y sentimos a los demás.
Sin embargo, tenemos que contemplar lo complejo que resulta el propio lenguaje combinado con nuestras ideas y cómo expresarlas. Por eso, a la hora de expresar algo podemos hacerlo usando conceptos abstractos o bien conceptos concretos. Estos conceptos conforman dos tipos de lenguajes distintos que es importante saber diferenciar.
¿Qué es el lenguaje abstracto?
El lenguaje abstracto representa el uso de la lengua cuando expresamos conceptos basados en ideas y significados complejos. Esto quiere decir que son conceptos que debemos analizar con detenimiento para poder entenderlos. Por lo general, los conceptos abstractos son aquellos que no percibimos con nuestros sentidos porque representan ideas.
De esta manera podríamos decir que el lenguaje abstracto sirve para hacer referencia a cosas intangibles. Tal como señalamos, son cosas que no podemos percibir con nuestros sentidos pero sí entendemos su significado. Sin embargo, al ser conceptos abstractos no siempre cuentan con una definición exacta y definitiva.
¿Y el lenguaje concreto?
En cambio, el lenguaje concreto se utiliza para referirnos a todo aquello que sí podemos experimentar a través de nuestros sentidos. A diferencia de los conceptos abstractos, los conceptos concretos señalan cosas tangibles y perceptibles. Así podemos decir que el lenguaje concreto abarca los términos y conceptos de las cosas que nos rodean.
Y como su mismo nombre lo sugiere, estos conceptos son concretos, directos y de fácil comprensión. A diferencia de los conceptos abstractos, los conceptos concretos cuentan con definiciones definitivas que podemos reconocer con facilidad. En estos casos, los conceptos concretos resultan de conocimiento general, son compartidos por todos.
Otras diferencias
Las diferencias entre conceptos abstractos y concretos se basan en el enfoque y la forma de experimentarlos. Esto quiere decir que los conceptos abstractos resultan subjetivos ya que sirven para expresar ideas, pensamientos y sentimientos. En cambio, los conceptos concretos representan todas aquellas cosas que podemos experimentar y sentir de manera objetiva.
Mientras que los conceptos abstractos resultan más difíciles de explicar y comprender, los conceptos concretos son compartidos de forma general. Estos últimos son objetivos ya que podemos percibirlos con nuestros sentidos, son cosas concretas y observables. Los conceptos abstractos representan ideas que no cuentan con una traducción material y tangible en la realidad.
Algunos ejemplos de conceptos abstractos comunes son emociones y sentimientos como el amor o el odio. También podemos mencionar ideas como el éxito, valores morales, ideas como la libertad y conceptos como el tiempo.
Y en cuanto a conceptos concretos podemos mencionar cosas como un árbol o una silla, el sabor de un alimento, la melodía de una canción, etc. Recordemos que los conceptos concretos son todas aquellas cosas que podemos percibir gracias a nuestros sentidos.