En el universo existen dos tipos de movimientos básicos que realizan todos los cuerpos: movimientos rectilíneos y movimientos circulares. Con respecto a estos últimos, es necesario ejercer cierta fuerza hacia el centro para que un cuerpo se mueva circularmente. Existen dos fuerzas circulares, la fuerza centrífuga y la centrípeta, que pueden ser confundidas si se desconoce la forma en que funcionan.
¿En qué consiste la fuerza centrífuga?
Esta es probablemente la más conocida de las fuerzas circulares y se caracteriza por alejar a los cuerpos en rotación del eje. Tal como su nombre lo indica, la fuerza centrífuga se caracteriza por hacer que el objeto en movimiento trate de escapar del centro. Por ejemplo, cuando revolvemos una taza de té podemos notar el remolino que se genera en el líquido como una expansiva.