En nuestro lenguaje existen ciertas palabras que suelen emplearse para señalar una cosa pensando que se trata de sinónimos. Así, podemos mencionar como ejemplo el caso de algunos animales que pueden ser llamados de diferentes formas sin conocer la diferencia. Esto ocurre en el caso de las palabras toro y buey que a veces se emplean para referirse a una vaca macho.
La confusión puede surgir debido a ciertas semejanzas fisonómicas que comparten estos dos tipos de animales. También sucede que pueden llegar a pensar que un buey se trata de un toro que ha sido castrado. Lo cierto es que son dos especies de animales diferentes que comparten ciertos genes bovinos, pertenecen a una misma familia animal.