A la hora de ejercitarnos podemos optar por una gran variedad de opciones. Algunas de las formas más conocidas y básicas son el ejercicio aeróbico y el anaeróbico. Cuentan con nombres parecidos pero implican diferentes técnicas de ejercitación. Estos conceptos se relacionan a la forma en que obtiene energía el organismo.
Por un lado tenemos el ejercicio de tipo aeróbico, se trata de ejercicios de baja y/o media intensidad. Si bien no son ejercicios muy intensos, son de larga duración y el organismo necesita oxígeno para realizarlos. Los ejercicios aeróbicos se caracterizan porque el organismo obtiene la energía necesaria quemando grasas e hidratos.