Dentro de los cítricos existen algunos frutos que tienden a confundirse o tomarse por iguales. Esto suele pasar con el limón y la lima o con la naranja y la mandarina, los cuales apenas se diferencian por su tamaño. Sin embargo, en el caso de estas últimas, las diferencias van más allá del tamaño y es importante conocerlas.
En primer lugar es importante señalar que se trata de dos frutas diferentes aunque tengan una fisonomía y color parecido. Ambas forman parte de la familia de cítricos y son frutas conocidas como hesperidios. A pesar de ciertas semejanzas, la naranja y la mandarina tienen diferentes aportes nutricionales.