Algunos trastornos o patologías mentales tienden a generar ciertas confusiones hasta el punto de pensar que una u otra son la misma cosa. Esto suele suceder, por ejemplo, con la esquizofrenia y el trastorno de personalidad disociativo. Las dos describen alteraciones de tipo mental pero se diferencian por los síntomas que presentan.
En primer lugar, la esquizofrenia se trata de un concepto clínico asociado a graves alteraciones en los procesos mentales básicos. Además, la esquizofrenia se caracteriza por presentar síntomas psicóticos que afectan gravemente la percepción del paciente. Por otro lado, este trastorno provoca ciertas conductas anómalas y hasta peligrosas.